Bueno pos queda lo más importante... el estreno. Qué pasó.
Después de tunear la bici a mi gusto, como siempre con la inestimable colaboración de un buen grupo de lomeros (5th element by Mati en versión msn, horquilla por Pedro Luque y Pepe Matas, consejos varios sobre la altura del sillín, rectifiar la incorrecta posición de mi cubierta trasera...), me dispongo a realizar el gran estreno.
Encima tengo la suerte de que se monta una ruta asequible de todas todas, lo que me permite mantener una sonrisa de oreja a oreja de principio a fín disfrutando de mi bici.
Empezamos con una subidita por las ermitas, subida que antes odiaba, pero que ahora le he cogido un gustillo especial. No tengo palabras para describir, cómo la Heckler se iba tragando roca tras roca. Es indescriptible para alguién que ha subido siempre con una rígida, se escapa a la lógica ver cómo te sales del camino marcado y la bici se sube por donde haga falta para seguir ascendiendo. Magestuoso vamos.
Seguimos ruteando camino hacie el arroyo bejarano, cuando caigo en la cuenta de que me falta un componente de mi bici: el GPS (que raro que a Mati se le haya escapado)

. Pos nada que me marco unos kms de extrangis con nuestro SnailMaster. Pero ya no hay problema, voy con un lomo que conoce los senderos y llevo a mi colega el walky, que nos llevará hasta la cascada del arroyo donde nos esperan cortemente el grupo de lomos.
Partimos en masa hacia el lagar de la Cruz, rumbo al Rosal pa tomar algo. Y yo con mi sonrisa de oreja a oreja, inmutable, y pletórico con mi nueva montura.
Y encima Pedro me dice que se me notan mejorías. Ufff. lo que me faltaba, voy a bajar lo morales como un rayo (pienso loco de alegría)
Lo dicho que me teno que ir a comer con la familia, y debo hacer un corte a la ruta. Bajada por los morales (nada de xpress, eso de momento para los cafés

). Me acompañan Raul y Juanma. Nuevamente flipo en colores, cómo puede ser que me sienta tan seguro, y que la bici se coma todo lo que sale a su paso, mientras voy descendiendo). Realmente de dulce, he bajado muchas veces con mi Orbea, y siempre terminaba con las muñecas cargadas, ahora... ná de ná. Un paseo de rosas.
Llego por fin a casa, y viene lo mejor. Disfruto aún más, sólo de pensar que lo hoy es sólo un aperitivo, y que no es más que una minúscula muestra de lo que me puede ofrecer mi Heckler.
Lo lograste Mati, acertaste de pleno con mi montura. Un 10