Todo empezó allá por enero, cuando Miguel (otro buenrollista además de Rafa Fresh, Rafa Lara y Sergio) y yo nos picamos, no se a santo de qué pero nos picamos y nos apuntamos.
A partir de ahí comienza la aventura: "...que cojones hago yo en Ronda con lo paquete que soy..."; "...tengo que entrenar más..."; "...se me acaba en birring...".
En fin 3 meses de preparación intensa en la que se acaban las salidas de BR Extremo.
Parecía que no iba a llegar nunca, se veía lejos, pero llegó y me veo en Ronda un viernes 9 de mayo de 2008 y cayendo lo más grande.
Tras dejar las cosas en la casa Rural (Hacienda Puerto de las Muelas, os la recomiendo) vamos a por los dorsales y después de sufrir largas colas y empaparnos un poco nos vamos a cenar con la legión.
Ya en la habitación cogemos el perfil, el rutómetro y hacemos cuentas. A ver, teníamos que llegar al cuartel a las 16:00 y salir allí como muy tarde a las 17:00 para poder llegar a meta a las 19:00. Esto son 8 horas de carrera, nuestra forma física no da para una media mayor de 12-13 km/h. Si llegamos a las 19:00 éramos unos putos maquinas, entre las 19:00 y las 21:00 estaba dentro de lo razonable y más tarde de las 21:00 nanai porque entre otras cosas no llevábamos luces.
Llega el sábado, desayunamos a base de zumo, media tostadita con aceite y un plátano y nos vamos para Ronda (tardamos 5 min desde la casa). Aparcamos cerca de meta, para luego salir pitando hacia Córdoba.
Llegamos al campo futbol que estaba empetadisimo y seguía llegando gente. Nos conseguimos colocar a mitad de pelotón.
Discurso oficial, vivas, frio de cojones, lluvia amenazando, cañonazo y a correr. No hay vuelta atrás. Salimos de Ronda y tras una rampa curiosa nos paramos. Pensaba que la carrera ya había empezado pero se han quedado con nosotros y hemos hecho unos 4 km de gratis, o sea que no se suman a los 101, joe!!!.
Comienza la carrera por caminos sin bastante dificultad y empiezo a ver gente pinchando, cadenas rotas, etc. A partir de aquí alguna rampita dura pero corta, llano, etc. Llevamos 20 km y prácticamente te lleva la gente, porque gente había pa reventar, pasando por la izquierda, por la derecha, por medio...Me pasa una chica, la reconozco, es Marta y no me iba a picar con ella, lo tenía claro. Pasamos del primer avituallamiento, pasamos Ascari, ningún F50 a la vista, parada rápidisima en el segundo y cuesta abajo hacia Arriate.
Empieza a llover, me cago en to lo que se menea, hace frio, viento, un día horroroso pero había que disfrutar. Llegamos a Arriate, la gente animando y comienza la primera subida dura del día. Lo más duro no fue la subida en si sino la gente pasándote por todos lados, parándose, estuvieron a punto de tirarme, en fin un desastre, pero llegué arriba y comenzamos a llanear. Voy bien, junto con Miguel, que a pesar de su resfriado aguanta. Como mi cuentakilometros petó hace ya un mes le pido datos y vamos a 18 km/h de media en los primeros 40 km. Nos propusimos aflojar para aguantar, pero en la próxima cuesta arriba porque ahora venía cuesta abajo hacia Setenil. Llegamos a Setenil lloviendo, cruzamos el puente y avituallamiento con bocadillos del que pasamos y se para un motón de gente.
A partir de aquí, que sería el kilómetro 45 no encontramos mejor, cansados pero sin tanto agobio de gente y empezamos a disfrutar más. Pasamos por una zona chulísima, con mucha agua, mucho verde y lluvia, más lluvia. Oímos una ambulancia que viene hacia nosotros, miro a Miguel, Miguel me mira, nosotros no la hemos llamado, nos pasa (menos mal) por no visto iba a recoger a un menda que ha hecho descenso de acantilados sin arneses con caída libre de 10 metros (espero que no fuera mucho). Seguimos y empezamos a subir sin mucha pendiente pero bastante larga hasta el avituallamiento 14. Nos hincamos un acuarius, subimos otro poco y pabajo hacia cuartel. Aquí disfrutamos de lo lindo, bajada con pendiente, larga, fácil, empieza a llover y con el barro acumulado hace la bajada algo más técnica. En esta bajada y la próxima fueron los únicos tramos en los que adelantamos a gente.
Llegamos al cuartel, las 16:30, mierda, vamos con retraso. Paramos a comer algo rapidito, un caldito calentito que con el frio y el chaparrón me supo a gloria, todavía me acuerdo de él, perrito caliente, plátano y volvemos a agarrar la bici. Aprovecho para jurar bandera, que con mi edad eso yo no lo he conocido y salimos del cuartel a las 17:00. No vamos mal, cansado con 70 km pal pecho pero aguantamos.
Comenzamos a subir la Ermita seguimos los dos juntos a buen ritmo. A mitad de subida me da por mirar parriba, veo lo que queda, toda la peña subiendo a pata salvo algunos locos y me da la risa, me tengo que bajar de la bici. Qué bien se me da empujar...Llegamos arriba y otra vez pabajo. Bajada por una rampa con mucha pendiente haciendo eses que parece que todo el mundo se convalida menos nosotros que aprovechamos para adelantar gente. Llegamos a un pueblo, no recuerdo cual, cerca de la Cueva del Gato y single-track paralelo al río hasta Ronda y picando pabajo.
Me emociono, quedan 10 km y parece que lo voy a conseguir, aunque lo que quede me lo convalide y lo haga a pata pero por misco... que llego. Y efectivamente me lo convalido, justo a pie de Tajo me vuelve a dar la risa y me tengo que bajar de la bici, otra vez a empujar, sin complejos. A mitad de subida me pasa un Anibal pitando, ¿qué cojones pasará?. Pues nada resulta que el primer marchador me adelanta subiendo la última rampa. Claro, como él no tiene que empujar, así cualquiera. Llegamos al final de la rampa, el ánimo de los rondeños nos hace subirnos de nuevo a la bici. Miro para atrás, viene Miguel al lado, cruzamos el Tajo el aplauso de la gente nos hace emocionar, parecíamos héroes, damos el último suspiro, nos ponemos bien el maillot, el casco, como si fuéramos a ganar el Tour pero no íbamos de amarillo, llevábamos el maillot de la Legión que para este caso es lo que vale. Al final llegamos a las 19:10 con 8 horas y 10 minutos de carrera, dolor de piernas, cervicales, de ejem y la Kikapu que se porto a la perfección tenía barro para alicatar el Tajo de arriba a abajo, por los dos lados.
Mientras recogemos el diploma, sudadera etc, me encuentro a conocidos arrastraculeros. Todos estábamos reventados pero ha merecido la pena.
Después de esto Miguel y yo hemos hecho un pacto, no volver a Ronda a hacer los 101,..., hasta el año que viene.
Saludos.
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