Introducción:Hoy jueves, sobre las 9 de la noche, en el bar De Cine, mientras tomábamos unas cañuelas de ese amargo y a la vez dulce licor llamado cerveza, a Emilio Tucci -quien es una mezcla de
Lorenzo Lamas (Falcon Crest) y
Earl Hickey (Me llamo Earl)- comentó lo sosa y aburrida que está siendo esta página web en estas últimas semanas, ya que nadie escribe o pone un post como es debido. O, mejor dicho, nadie dice ná de ná. Vamos, un muerrrrrrmo de web. Las cosas como son. Y estoy de acuerdo. En los próximos días, tengo programado colgar mi tercera entrada del blog
Con Ritmo y Decadencia, pero éso es harina de otro costal. Aquí, lo que de verdad mola es la polémica y/o los relatos curiosos, a parte de crónicas, proyectos de rutas, y fotos y vídeos a gogó.
Relato:Pues, bien. A éso de las cuatro y cuarto de la tarde, en Xapó, quedamos los de siempre para salir solamente la Agüela y el narrador de turno. No apareció un tercero (biiiieeeennnnn!!!).
Debatimos brevemente por dónde subir para dónde bajar después. Así que decidimos hacer una ruta inédita: Ermitas - Lagar - Antenas - Panorámica - Recorte Iker... RUTÓN!!
Lo curioso viene ahora. Y es que, justo cuando entramos al Patriarca por la parte izquierda (al final de la calle), para luego tirar por el sendero de la derecha, precisamente en mitad de la entrada a ese sendero, vemos un R19 blanco con las puertas abiertas, cortando/obstruyendo ese camino. Fue verlo y estar a punto de soltar una barbaridad en plan vikingo, cuando nos percatamos de que, detrás de la puerta trasera, había un endivíduo de edad mediana (40-45 años), de raza caucásica, con su varonil torso desnudo, y ejerciendo un oscilante y erótico-festivo movimiento pélvico, cual péndulo de Foucault, al que sorprendimos
in fraganti. El tipo en cuestión tardó unos segundos en percibir nuestra presencia y, cuando se dio cuenta de ella, agachó suavemente la cabeza, seguida del resto de su body de una forma más o menos disimulada. No sabemos a qué otro cuerpo le acompañaba ese hipnótico movimiento de "mete-y-saca", si era el de una hembra humana, o un macho humano, o una cabra del monte, o
la muñeca de Mateo. El caso es que nosotros continuamos con la marcha como si nada de ésto nos afectara, aunque éso no es del todo cierto. A mí casi me provoca un trauma el simple hecho de imaginarme que estaba haciendo una "tonterida española" con
Carmen Mairena o con
La Pantoja de Puerto Rico. Pero, al final, de lo que nos acordamos, fue del "Núo" de hace unos años al que pillamos en ciscunstancias similares en el comienzo de aquel camino que nos llevaba hasta la Casa del Coronel.
Bueno, acordarme, también me acuerdo de otras escenas de antaño entre dos personajes de este Club y el menda... Quizás algo más grotescas, pero que nos hicieron vivir muy buenos momentos. Eran otros tiempos, claro.