Bueno, está visto que en esto del MTB, uno siempre aprende algo, independientemente de las birras que te hayas bebido en pre-temporada ( hubo pre-temporada? ) ó viejuno dando pedales que uno sea.
“Coroque” esta era mi séptima edición de “arrastrar el lomo” con la Legión Española por la Serranía de Ronda y estoy seguro que la recordaré especialmente como tantas otras.
Este año ha sido una experiencia nueva, muy “suigéneri”. Es la primera vez en mi vida ciclística con el Club que me he tragado una prueba de este corte en solitario, algo a lo que no estoy acostumbrado pero, a pesar de lo que podáis comprobar en las imágenes que a continuación os voy a brindar, lo he pasado mal como un perro “callejero”, pero con una sarnilla gustosa, de las que no pican ( bueno, en realidad sí que picaba ).
Todo este cuento seguro que cambiaría bastante si redactásemos las crónicas a 30km de meta o al minuto de entrar bajo ella, pero bueno, la asimilación posterior de los 101km también son parte de la prueba.
Volvemos a lo de siempre: el año que viene no vengo más! va a venir a tragar polvo al pisteo Rondeño un guarda! … y al final, ahí estamos, acoquinando los 42 trompos sin dolor, dispuestos a partirnos el lomo por llegar el 800?...
En resúmen, a pesar de llegar a las 08:40h a Ronda, con la tocada de huevos y tonteo, entré en el Estadio a las 09:30h y casi no pudimos entrar, aquello estaba desbordado, un gentío que llevaba años sin ver, posiblemente desde que corrimos la edición de los 173km. Graderío en plan Madrid-Barsa, pista y césped arrasados de bicicletas, participantes entrando por el graderío porque ya no se cabía por la pista, miles, miles de almas. Total, que me despisté y allí me ví de solatas rodeado de la marabunta. Ya da igual el tiempo. Saco la cámara y a disfrutar!!. ( en el video hay documento gráfico de estos momentos donde establecí conexión en directo con el Club en El Largar de la Cruz ).
Hasta aquí “tatoclaro”. Sólo a mi bola a parar lo que haga falta y a no sufrir ni la mínima. Y un mohón!!. Tengo la suerte o la desgracia de encontrarme con Emilio y Marce al final del tramo neutro. Allí descojone, y cuando me doy cuenta ya tengo los codos padentro y flato en el pk10. Dios mío, vamos a petar!!.
Emilio, mayormente el culpable y que también palmó a posteriori, me arreó para ver si cogíamos a los de delante pero ¿quiénes son los de delante, si en el Estadio por parrilla ya nos sacan ½ hora? Total, que lo de siempre, al cabo de 5km ya no veo a nadie, eso sí, a cuchillo desde la salida hasta el pk40 dónde empieza el precioso cuento de la fábula del Ciclista y los Dragones de colores.
Personalmente eché en falta a mi Agüelita, Animal, Víctor y Raúl, artistas de tablao que no deberían abandonar la élite de este tipo de grandes Galas.
Igualmente, masters del Lomo como el nuevo Dr. Bacterio ( antes Dr. Raven ), Canarito y Cabrera por lesión, se os echó en falta.
No me quiero enrollar más, os resumo mi peoná en poco más de 13 minutos para que veáis que a pesar de ir jodidamente petado y solo, uno puede tener hasta “humor” para sacar la cámara y filmar este fregao maravilloso que son los 101km de Ronda.
Enhorabuena a tod@s y nos vemos el año que viene. O no !!
Pero que "jartaaaa" de reir que me he pegao, mati, desde luego has estado sembrao, ponle el copyright al video que te lo van a quitar de las manos, desde luego que viendo esto, el año que viene habra que pensarse lo de ir en plan callejeros a Ronda.
Mati, eres el puto amo, pedazo de video bueno, tuve la suerte de verte por el camino y las ideas que se os ocurren son geniales, a ver si tienes suerte y te nominan para el oscar tron. Ya nos veremos de romeria por ahi
Mi cronica: OOOOOOOOOOZUUUU QUE CALOOOOO[/color] Enhora buena a esa pareja(ya podiais haber escogido algo mas romantico pa la luna de miel, ehhhh)y tambien a Jekill padre, recien operado,y en general a todos los que hemos participado.
Juan, nuestro lomero de la campiña, el de las “fuentes” de salmorejo, y este osado cronista llegamos a Ronda la tarde del viernes 15. Directamente al Polideportivo para recoger los dorsales de Emilio y Mati. Luego, estuvimos esperando un buen rato la llegada de Miguel, un colega de Málaga, también duatleta, que nos ofrecía sus cinco estrellas de cuatro ruedas para pasar la noche. Poco después de la cena en el restaurante del Camping “El Abogado” nos fuimos a descansar con la intención de madrugar y evitar el posible atasco de entrada a Ronda la mañana del “día”. Miguel, que es un tipo igual de grandote que noble, me adjudica la cama de la terraza de la súper Volkswagen Caravan: a callar, por si acaso, y a dormir, pepe. Zumo y cereales en el camping y un desayuno con café y tostadas en la cafetería “Rondeña” antes de volver a la explanada del aparcamiento para montar la bicicleta y hacer una última revisión de lo necesario a llevar en la mochila. Hay que tirar para el Cajón de Salida. Hacia el cajón salimos juntos juan, miguel y servidor, pero un poco antes de llegar a la puerta de acceso al recinto, después de la foto con un grupete de lomeros que coincidimos allí, me adelanto y ya no vuelvo a verlos hasta la tarde y noche en la llegada. Empieza mi periplo en solitario. Avanzo por la galería de espera que me indica la organización y pasada la primera hora recibo la primera visita del día, la primera y última quiero decir. Es Rafa Cuevas que me ha visto desde lejos y que abandonando su montura a manos de vete tú a saber quién, se acerca para desearme buen día y suerte; tres cuatro minutos de compañía y “suerte, ánimo campeón, gracias por tu visita”, nos vemos a la llegada. Nuevo ratito de espera, y antes de sonar las cohetes y tracas, preámbulo del pistoletazo de la salida neutralizada, cruzo mirada de complicidad con Rafa Gamboa y Pepe Jekill, los que a la postre resultaron ser mis compañeros de viaje durante gran parte del recorrido, que se encontraban unos metros por delante. 4..3..2..1…BOON!!....ESTO EMPIEZA…. Durante el tramo neutralizado intento adelantar lo posible para no ocupar una posición demasiado retrasada en el momento de poner la primera pedalada de competición; porque esto, amigos, es una competición. Competimos, como poco, contra ciento y miles; competimos contra nuestra referencia agachalomera, y también, contra nuestras propias expectativas e ilusiones y contra el reto que tenemos por delante. Estoy con Jekill y Gamboa no muy lejos de la línea de salida, unos 100-120 metros, última meadita de rigor y sin darte cuenta ves que los primeros ciclistas salen literalmente disparados. A pedalear pepe sin caerte y concentrado en el camino, me digo. Es el momento de hacerse un representación mental de lo que queda por delante: llaneo, primeros repechones, bajaditas, bucle circuito velocidad…pisteo…pueblos …cuartel … inicio y final de carrera y , en bici, a la Alameda.”. Ojo, pepe vas con la GT, así que alerta 100%...por ahora, es suficiente. Durante el primer tramo e incluso durante el bucle del circuito los tres hicimos, casi sin quererlo, una buena labor de equipo a la hora de apoyarnos para abrir huecos, esquivar y adelantar a muchos ciclistas que pedaleaban un poco más lento que nosotros. No fue muy difícil llegar a Arriate y ahora hay que preparase par la primera dificultad seria del día (hidratación y un empujón de energía gel “infisport” ). Iniciamos el puerto y, la verdad, con buenas sensaciones. Todo a plato mediano, sin derroches, me resulto más cómodo sobre todo a la hora de saltear alguna dificultad en forma de piedra suelta o para superar a algún ciclista que encontraba en mi trazada. Aquí descubri a mi compañía femenina de la jornada, se trataba de una chica con una indumentaria que no la identificaba pero que arreaba de lo lindo, incluso en algunos momentos manifestaba cierto carácter agrio hacia los que la inquietaban: “que voy, he dicho que voy…voy yo…no te muevas ahora”… Con ella viajé intermitentemente hasta la subida de los olivos, después no volví a verla….y le deseé toda la suerte del mundo. Finalizada la subida del puerto, intento de nuevo volver a coger ritmo de sube baja por el tramo del “antiguo” purgatorio, como algo y repongo agua en el avituallamiento, sabedor de que me espera un buen tramo de pisteo y plato. No de paella precisamente. No me siento mal y creo que voy pedaleando a buen ritmo. Esta rígida se esta portando, la miro de reojo y le digo en voz alta: todavía nos queda bastante, tú cuídame que yo te mimo. No es una tontería, el material hay que mimarlo, hay que evitar golpes bruscos de pedaleo que puedan romper la cadena, los cambios han de hacerse de forma desahogada, con poca presión (ahora me acuerdo del amigo José de Cabello, el mejor mecánico), tampoco hay que inventarse trazadas nuevas a riesgo de pinchar, en fin esa retahíla de pequeños detalles….. Sin darme cuenta descubro que Setenil de las Bodegas ya debe estar próximo, es el tramo de mi primer momento de ausencia o desconcentración. Vuelvo a ser consciente de que estoy pedaleando por una carretera que curveando en bajada nos vuelca en una pista ancha, a tramos divertida, que nos lleva a los riscos de las “semicuevas” de Setenil. Allí los no romeros o los resacosos de San Isidro nos aplauden y animan mientras beben las penúltimas cervezas del día: gracias, gracias, y que pena no poder quedarse aquí tomando una cervecita fresca..no pepe, no es el momento, adelante…. Con Gamboa y Jeklli, me veo de vez en cuando. Unas veces los alcanzo, otras me pasan y otras no sé por dónde andan. Justo después de abandonar el pueblo, paso el avituallamiento sin parar y me mentalizo para subir ese puerto tendido entre olivos, cuando el calor ya empieza a notarse y con la referencia y el recuerdo de años pasados del fantasma de los calambres. Bueno, no ha sido para tanto, y ahora empezamos a adentrarnos en la agradable rivera que tenemos por delante. El pedaleo se vuelve más divertido salteando los únicos barros que encontramos en todo el recorrido y negociando las pasarelas de madera, bastante mejoradas con respecto a las ediciones anteriores en las que he participado. Un cortijo, un repechón de subida a otro, acelerón en la era del tercero y, de cabeza y de pronto, aquí está la “patá” en el pecho esperada. Inicio la subida aguantando el mediano hasta el cortijo de los perros que nos encontramos al lado derecho, y pongo el plato pequeño para atacar el tramo “pindio” que se pierde entre los olivos. Luego se suaviza la pendiente y el camino mejora en cuanto piso. Acabo de coronar y es hora de pensar en clave bajada y en clave cuartel. Otro encuentro con Gamboa y Jekill , ahora creo que se quedan atrás… Hay que recomponerse mentalmente y de nuevo reproduzco el recorrido que me queda por delante: hay que verlo globalmente, pero recorrerlo tramo a tramo; el camino está, siempre estuvo, y ahora sólo es el momento de interpretarlo. Pepe, me digo, estás aquí para disfrutar, no pierdas la oportunidad. Llaneo pensando en que en la aproximación al cuartel tengo que olvidarme del plato grande para descargar mis piernas a base de vueltas con menos desarrollo. Seguro que esto, como bien me recomendó mi amigo juanito molero, me va a facilitar una mejor transición. Uauuu..!!, bajada de vértigo, hay momento en que me pongo el freno en la frente, sobre todo después de malnegociar un curva que casi me vuelca en el sembrao. Sin prisas, le digo a mi GT, no es el momento de hacer tonterías, podemos bajar rapiditos sin asumir demasiados riesgos. Dónde estarán Gamboa y Jekill, no me han alcanzado en ésta..? La llegada al cuartel es inminente y algo te dice que parte del objetivo ya está cumplido…pero calma. Hay que mantener el estado de alerta, sigo pedaleando al uso molinillo y la puerta del cuartel se me abre casi con sabor de hogar: quién lo diría pepe…? Pero es que esta tropa legionaria te muestra tal arropo que no queda más remedio que rendirse ante su buen hacer. Ánimo a esa LEGIÓN para que continúe haciéndonos disfrutar en futuras ediciones. Se ha terminado una de tres, y me encuentro con un par de legionarios que se llevan la bicicleta y el casco. Una extraña sensación de descanso físico y mental me lleva al pasillo donde recojo mi bolsa verde con las zapatilla, el pantalón corto y la gorra; cuatro o cinco minutos para el cambio de “tercio” e inicio la carrera dándole los primeros tragos al bote de Gatorade que estratégicamente había dejado metido en mi Mizuno izquierda del 12.5. Las sensaciones en los primeros compases no son bruscas ni de pesadez en las piernas, para nada, quizá la suave pendiente de bajada me favorecía y me estaba engañando. No había completado el primer kilómetro cuando me adelantaron Gamboa y Jekill. Ellos me dieron ese empujón que necesita hasta el más bravo de los guerreros antes de iniciar su cruzada. Gracias amigos. Dejo el asfalto y antes de cruzar la vía del tren bebo dos tragos de agua que pedí a las chicas que descansaban a la sombra de un gran chopo, hasta me ofrecieron algo de comer: gracias también a ellas. El inicio de la subida hacia la ermita no se deja esperar y compartiendo ritmo con algunos ciclistas puedo superar el primer tramo de rampas quebradas. Al iniciar el rellano siguiente, no quiero pensar en otras dificultades, sólo me dejo llevar y trato de pasar el tiempo observando las huellas que van dejando los neumáticos de los vehículos que transitan por esos caminos: son uniformes, simétricas y conforman en armonía un largo tapiz a modo de alfombra interminable; pepe, me digo: sigue trotando y adelante que este es el mejor de los senderos. En ese momento echo cuentas de la subida que queda, de la carretera que me llevará hasta la estación de Benaoján y, hasta me atrevo, con vislumbrar el reencuentro con mi GT: hay que seguir interpretando el camino. Nuestro lomero Juan Gómez, el “maestro”, me adelanta y casi sin darme cuenta desaparece trepando, con firme pedaleo, por la primera de las dos ramponas. Subiendo por la siguiente, creo que segunda y última, alcanzo de nuevo a Jose Jekill. Después de la pequeña nava ya estamos coronando y la bajada por las zetas de las ermitas se convierte en una realidad. Antes del avituallamiento me vuelve a pasar el “pesado” de Yekill, es la última vez que los veo. Repongo energías y me aprovisiono de agua para iniciar la bajada por carretera. Las bicicletas bajan como aviones y me pasa un corredor legionario con mochila y no se cuántos más artilugios colgados, vamos que sólo le faltaba la compañía del carnero. Seguir su ritmo de carrera no estaba a mi alcance, pero seguirle con la mirada me sirvió para distraerme hasta la llegada al pueblo. Gracias a esa pareja que me dio la botella a mitad de agua y gracias a la señora de la manguera que un poco más abajo me regó la nuca. Más abajo, ya en la Estación de Benaoján, otro gran momento, otro gran encuentro. Ahora es Emilio el que dándome un grito me alcanza y me echa una manta de piropos antes de perderse por la siguiente esquina. No pensará que le voy a disculpar la cerveza con tapa que me debe!! Antes de cruzar el puente bebí nuevamente de la botella que me ofreció el legionario de turno, luego el sendero de la rivera hacia la Cueva del Gato impuso su ley de dureza entre matorrales, piedras y sombras. Me regalan otra botella de agua (ésta me acompañó hasta el mismo cuartel) que me sirvió hasta de ducha para paliar el pequeño golpe de calor que sufrí un poco más adelante. Por el tramo de carretera pude entender las palabras de ánimo “ese lomero” de parte de un biker cordobés que me dio otro empujoncillo hasta el avituallamiento instalado después de cruzar el río: “naranjas para el señor” decía la amable legionaria; estaban riquísimas y, a falta del bocadillo que perseguí sin éxito durante gran parte del día, me comí unos cuantos trozos. Hay que volver al camino, hay que visualizarlo una vez más, y ya queda menos. Un kilometro más arriba y otro agradable encuentro, me alcanza Mati. El tío, sin prisas, en plan reportero, se toma su tiempo, me anima y creo que hablamos de cervezas. Justo al dejarme Matías, recibo la peor visita del día: comienza el ataque de un pequeño escuadrón de dragones rojos: aquí estaba ese golpe de calor que creo nos azotó a tantos cientouneros. A partir de ahí, también empieza la lucha de quién puede más, las piernas o la mente; ellas quieren pararse, pero decido que todavía no es el momento. El último y quebrado sendero que conduce hasta la puerta trasera del cuartel sí que me perturbó. De nuevo aparecen las huellas de neumáticos, deben ser de motos por lo estrecho del propio piso; las marcas son de mayor medida que las primeras que encontré en la subida de la ermita, y alineadas en paralelo me recordaron las escaleras mecánicas de los grandes almacenes. Otra vez era el momento de dejarse llevar, como dice “Fito”, y así lo hice. Subiendo y bajando a modo y dirección de pequeños toboganes me presento en la trastienda del cuartel y, a poco más, delante de mi bolsa “verde” tarifeña con las calas y el culote. Lo gordo está hecho, pepe. Con cierta “soberbia” solicito mi GT y mi casco, monto, y a plato mediano emprendo la “huida” del cuartel. La primera rampa de asfalto me pone en mi sitio, como siempre suele ocurrir, y decido que tengo que subir uno o dos piñones (sin premio). Pues estamos para bromas a estas alturas de carrera!! Al dejar la carretera, ya en busca del Tajo, oigo que desde el aljibe militar alguien grita “ese pepe”, “ese pepe bueno” y, claro, ahí está la dosis extra de adrenalina. Por unos momentos dudo: será Rafa Cuevas, será el fantasma de Rafa Cuevas, o será un espejismo en el que veo a Rafa Cuevas? Pues duda despejada, efectivamente, era Rafael Cuevas que, por cierto, es un solete. Después me enteré que estabas bastante jodido; pues no lo parecías amigo. MONTÓN DE GRACIAS RAFA POR TU GRITO DE ÁNIMO. Me lo llevé hasta la mitad de la cuesta del “cachondeo”, allí entre las dos curvas centrales puse pie en el suelo para apagarlo y del resto, ya lo sabéis: Desde ese punto sólo hay que mantenerse encima de la montura hasta que notas que se te erizan todos los vellos de cuerpo: eso es que estás pasando por encima del puente; y luego, oyes las palmas de la gente que de pronto se convierten en música celestial: eso es que has superado los dos escalones que te disparan a la meta…. 6:54h….. Otra oportunidad del deporte, que nos catapulta hacia los más intensos sentimientos de paz, solidaridad, alegría y armonía… Después, molido y con la mirada perdida, me siento en los jardines de la Alameda de llegada y cojo el teléfono para estar con mi compañera (MJ no suele acompañarme en las salidas, pero ella siempre está). Me abandono tumbándome un rato para recuperarme. Cuando me incorporo, ya pensando en mi helado, me doy cuenta de que he vuelto a la calma a los pies de la escultura de Blas Infante, y entonces recuerdo: …¡Arriba los corazones! …..
ENHORABUENA A TODOS LOS LOMEROS PARTICIPANTES EN LA 101-24H-2009
A parte de no dudar que ibas a terminar tu gesta con bastante empaque, visto como te vi marchar en nuestro encuentro, te recomiendo que te prodigues más a menudo con la pluma o el teclado, que estas crónicas de realismo extremo son las que hacen grande al Club.
A quien haya visto mi report audiovisual, en el minuto que me encuentro con Pepe, en aquel tramo de pista infinita bajo un sol justiciero, recuerdo las palabras que recoje la cámara cuando te pregunto cómo llevas el patamen: " me estoy acordando de Agacha el Lomo, porque ahí es donde yo me he encontrado esta satisfacción"
Ánimo a todos esos literatos, qué salgan del armario!
Parece que este año los avituallamientos han estado regulares..... leed uno de los comentarios en un foro:
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"Los avituallamientos UNA PUTA MIERDA, y la atencion de los de Verde OTRA PUTA MIERDA, se pueden meter mi medio platano por donde les quepa,eso si yo me tome los vasos de acuario que me dio la gana, me van a tocar los coj . . .Que se den un paseo por la Maraton de Sierra Morena a ver si aprenden algo de sus colegas militares, que son 48€, joder y que no digan que no da para mas, es para alucinar, la primera vez que me racionan en una prueba de BTT"
« Última modificación: 20 de Mayo de 2009, 12:34:22 por Aguela »
Pues para mí que este tipo lo que tiene es una falta de educación TREMENDA.
Los avituallamientos los ví correctos y abundantes.
Un avituallamiento de una maratón no es para ir arrasando a amortizar los 48€ de la inscripción, para eso mejor vete al LIDL o al Mercadona y te ahorras el paseito en bici.
Lo que es la falta de conocimiento.
Con no que no vaya el año que viene, es suficiente. Este tipo de gente es la que como Organizador, no quiero en nuestra prueba.
« Última modificación: 20 de Mayo de 2009, 12:40:11 por mati »
frasco : ¿Estáis haciendo ya un listado de los sitios a los que queréis ir?
guest_333 : Hola fondo norte!!!
guest_7391 : bien!!!!
frasco : Nos vamos a la Huelva Extrema! (again)
emilio : He perdido unas gafas negras subiendo San Jerónimo antes de llegar al monasterio. Por si alguien que lea esto sabe del que se las haya encontrado
guest_8793 : sí, con el calor algunos días se ha salido algo antes