BICITAUROMAQUIA

[mati]

BICITAUROMAQUIA    23 Jun 2003
 

Mas de uno habréis leído en los correos alguna referencia jocosa a algo referente a una vaca, y en lo que se vieron envueltos los diestros “El Niño de la Verónica”, torero a la portuguesa (Pepe Matas), “Ikerito de Córdoba” (Iker) y el afamado banderillero “El Vasco del Canal” (Javier), sucesos que al no resultar demasiado cruentos (milagrosamente) les han reportado ser víctimas de algo de sano cachondeo. Ahí va el relato de los hechos por un aturdido testigo:

 

Las vacas son unas desagradecidas, no ayudéis nunca a niguna!

 

Al menos esta es la moraleja que mas de uno, y sobre todo tres sacaron hace algunos sábados, cuando, si no recuerdo mal, tras haber subido San Jerónimo, y bajado La Canchuela íbamos “enchufados” en paquete camino del canal adelante en dirección a la Vereda de la Bastida.

Yo iba como siempre cerrando grupo cuando al girar una curva del canal mas o menos a la altura de Villarrubia oí como los primeros empezaban a gritar algo a coro.

Cual no sería nuestra sorpresa al encontrarnos a una vaca negra nadando a lo “Esther Williams” en mitad del canal, que llevaba mas agua que nunca (casi rebosaba).

Superada la sorpresa inicial algunos nos preocupamos de que el bicho se iba a ahogar irremisiblemente, pues se le veía bastante apurado intentando trepar por las empinadas paredes, parecía cansado y sabíamos que pronto había esclusas y caídas de agua en el canal.

Se intentó agarrarla por los cuernos (ella parecía colaborar acercándose a nosotros al llamarla), e incluso levantarla con la ayuda de un trabajador del campo con un tractor con pinza “portapalets” articulada, pero todo inútil, porque la fuerza de la corriente la arrastraba rápidamente, hasta que llegó a una zona con paredes verticales, imposible de trepar.

Cuando se quedó atascada en la esclusa, Javi “El Madrileño” saltó como pudo sobre las paredes de la esclusa y en un equilibrio algo precario consiguió apalancar a la vaca de modo que con un poco de ayuda de esta apoyó las patas delanteras en la pared de la esclusa, pero resbaló y cayó al otro lado, en una especie de tobogán de aquapark, con la suerte de no engancharse con los cuernos en las paredes muy estrechas, cayendo a una zona mas baja del canal en la que hacía pie.

Aterrorizada por la experiencia, la vaca no se estaba quieta, así que volvió a perder pie y a tener que nadar, asomando solo la cabeza fuera del agua. Mientras yo había telefoneado a la Guardia Civil, quienes asombrosamente me aconsejaron que fuera a avisar a algún cortijo, porque si iban ellos, a ver quien se hacía cargo del rescate, así que desde algún cortijo llamaran a los bomberos.

A la vaca no le apetecía esperar a que yo buscara un cortijo, así que empezó a atacar con fuerza la rampa de la orilla que estaba muy resbaladiza, hasta que en una de estas consiguió algo de agarre y salió por si sola del agua, ante nuestro lógico alivio que hicimos patente con algún que otro vítor de alegría y aplausos.

Poco nos duró la satisfacción y el alivio por ver al bicho fuera de peligro. Tras salir del canal y sacudirse el agua dos o tres segundos (no más) levantó la cabeza, sopesó la situación y rápidamente decidió que le iba a tocar “pagar el pato” por el cabreo y el miedo que tenía al primero que tuviera por delante.

El primero que tenía por delante a solo unos cinco metros, sobre la bicicleta y de espaldas a ella era nuestro parlanchín Iker, así que ante nuestra alegría trocada en terror, salió como una locomotora con la cabeza baja, corneó al conjunto de bicicleta GT i-drive+Iker, los sacó volando en una voltereta que acabó con Iker hecho un ovillo con su bici en la cuneta del camino llena de jaramagos de los que pinchan, y no contenta con esto le saltó encima intentando cornearlo contra el suelo una y otra vez.

Como a Iker no parecía gustarle tener 200 kilos de vaca encima de el y su preciada bici dándole cornadas, tenía cara de estar bastante agobiado y mientras podéis imaginaros la confusión entre todos los demás, que nos quedamos paralizados atónitos ante la violencia de la vaca (al principio creíamos que simplemente Iker estaba en su trayectoria, luego pudimos comprobar que nos buscaba uno a uno para “desahogarse” (nunca mejor dicho).

Creo recordar que alguien tiraba del rabo de aquel demonio, y Pedro intentaba apartar uno de los cuernos que intentaba colarse entre el casco y la cabeza de Iker (nueva ventaja del casco de la bici, protege de las cornadas...).

De cualquier modo la voz cantante la tomó Pepe Matas, a partir de entonces “El Niño de la Verónica”, que sin encomendarse a nadie agarró el problema “por los cuernos”, y de paso también a la vaca, de modo que se planteó un estético pulso entre astado y Pepe, lástima que nadie llevara cámara (fue todo tan rápido que no hubiera dado tiempo de usarla).

Algunos en la confusión acertaron a sacar a Iker de su apuro bastante magullado y algo sangrante pero entero, mientras Pepe resoplaba y advertía que ya no aguantaba mucho mas los tirones del bicho, cuyo cabreo iba en aumento.

Ante las advertencias de Pepe de que soltaba al cornúpeta hubo desbandada general, yo recuerdo que tras haber estado paralizado viendo lo anterior sin creerme que estuviera pasando, di un salto sobre la maleza y trepé a un montículo al otro lado de la cuneta, pensando que allí al menos me daba tiempo de ver venir al morlaco si se decidía por mi.

Javi “El Madrileño” que parecía tener muelles en lugar de automáticos en las zapatillas nadie sabe como apareció en el otro lado del canal (un salto considerable sobre el agua), así que Javi El Vasco al ver que la vaca buscaba nuevo objetivo tras poner Pepe piés en polvorosa, decidió emular a su tocayo, cogió carrerilla para tomar impulso y saltar el canal, dudó de si llegaba al otro lado y se frenó en seco al borde del agua, indeciso... y mientras la vaca decidió “ayudarlo”, así que arrancó como un cohete y le corneó el culo con decisión.

Me parece recordar que Javi tuvo tiempo de gritar ¡coñoooo! Mientras volaba con los brazos abiertos hasta zambullirse en el canal, seguido de cerca por la bestia, que parecía querer “rematar la faena” dándole una “ahogadilla” y se tiró de nuevo al agua detrás de el, no se si voluntariamente en mitad del cabreo, o por pura inercia de la carrera que había tomado para embestir al pobre Javi.

Afortunadamente el agua arrastró a aquella salvaje corriente abajo mientras alguien agarraba a Javi y le ayudaba a salir del agua, también magullado y sangrante y chorreando de la cabeza a los pies pero bastante entero, aunque preguntándose todavía que había pasado.

Tras el lógico cachondeo una vez comprobado que los daños eran menores, haber dado aviso en un cortijo de que había una fiera peligrosa dando largos por el canal en busca de alguna víctima propiciatoria que intentara ayudarla, y tras volverse para casa los dos magullados y alguno mas que ya había tenido bastantes emociones por un día, los que continuamos la ruta todavía adelantamos a la “Mark Spitz” del mundo vacuno unos cientos de metros mas adelante, obsequiándola con una enternecedora selección de nuestros mejores insultos, mientras el demonio con cuernos daba saltos desde el fondo del canal (otra vez hacía pie) intentando cornearnos con desesperación antes de que pudiéramos huir, así que metimos pedales y la “tortilla” y salimos a escape antes de que encontrara alguna rampa por donde salir.

Espero que no atacara a nadie mas, aunque a estas alturas puede estar por Sevilla o Sanlucar Guadalquivir abajo, si no ha acabado saliéndole a alguien por el grifo de su casa.....

Lo dicho: Las Vacas son unas desagradecidas, no las ayudéis nunca (o por lo menos aprender a distinguir a una señora vaca de una vaquilla como las del “Grand Prix de Verano”, que es lo que era aquel engendro del demonio).

 

Francisco Rojas, “Canario”